Desde el momento que el VIH penetra en el organismo, empieza a proliferar de forma continua. Se distinguen tres fases evolutivas de la infección:
1.- La primoinfección o periodo ventana:
En las semanas que siguen a la infección, pueden presentarse algunas manifestaciones del tipo pseudogripal en el 20-30% de las personas infectadas. Las demás no experimentan ningún síntoma. Se habla entonces de primoinfección. Las personas infectadas empezarán entonces a fabricar anticuerpos contra el VIH que podrán detectarse con la prueba serológica entre tres semanas y tres meses después de la infección.
2.- El periodo asintomático:
El periodo asintomático va desde los seis meses hasta los diez años o más; a lo largo de estos años, el virus continúa con su actividad de replicación. Como consecuencia de la acción del virus se destruyen linfocitos T4, aunque el organismo continuará fabricándolos. Es decir, irá destruyendo nuestras defensas hasta que, finalmente, no podamos defendernos de las enfermedades.
En esta fase de la infección, pasado un tiempo, en algunas personas pueden aparecer manifestaciones clínicas (diarrea, pérdida de peso, fiebre, inflamación de nódulos linfáticos, tos y dificultad para respirar…), pero la mayoría de las personas afectadas no presenta ningún síntoma, aunque sí que pueden trasmitir el virus.
3.- Fase final (Sida):
Si concurren ciertas manifestaciones clínicas y analíticas (determinadas infecciones y recuento de defensas, carga viral, etc.) que sólo se producen cuando el sistema inmunitario está fuertemente deteriorado, se habla de que la persona afectada está enferma de SIDA. El Sida presenta tres grupos de síntomas debidos a:
- Infecciones oportunistas: surgen de bacterias y microbios que, cuando el sistema inmunitario está en buen estado, no provocan enfermedades, pero que cuando la inmunidad de un organismo es deficiente, lo invaden y provocan infecciones graves, ya que el organismo no puede frenar su desarrollo de forma espontánea. Las manifestaciones dependen del microbio y del órgano afectado. Sin embargo, se puede decir que los que suelen salir peor parados son los pulmones, el sistema digestivo, el cerebro y la piel.
- Algunos cánceres: los más frecuentes en el curso del SIDA son el sarcoma de Kaposi y los linfomas.
- Otras manifestaciones pueden se afecciones del sistema nervioso central o el síndrome de adelgazamiento.
¿DE QUÉ DEPENDE QUE UNA PERSONA PORTADORA DESARROLLE LA ENFERMEDAD?
No todas las personas seropositivas evolucionan de la misma manera hacia la enfermedad. Se ha observado que existen grandes variaciones individuales, habiéndose descrito personas que han evolucionado hacia la enfermedad del Sida en menos de 6 meses y otras que, tras 10-15 años, permanecen estables y con una buena inmunidad. La progresión de la enfermedad es un fenómeno complejo que parece depender de una serie de factores relacionados con las características inmunológicas de cada persona, de la cepa de virus o del número de reinfecciones. Sin embargo, no parece depender de las vías de transmisión.